martes, 24 de mayo de 2011

Ecos de la Atlántida: Conclusiones finales.

Como apéndice al monográfico sobre la Atlántida sirvan estas conclusiones finales sobre mi modo de ver la realidad del continente que describió Platón. Son una reflexiones basadas más en mi oficio como historiador que en mis creencias personales; no serán las ganas de creer o el concepto de argumentar positivamente lo que moverán mis dedos sobre el teclado. El espíritu constructivo, la veracidad histórica y, sobre todo, la argumentación contrastada serán los ejes conductores de este análisis.


La descripción de Platón

- Descripción: este es uno de los aspectos más sorprendentes; la precisión en las descripciones, tanto físicas como políticas, del continente perdido. El siglo IV a.C. es el siglo de la lógica y el razonamiento por excelencia y no es extraño que Platón pensase, en aras de una mayor veracidad histórica, en dar una descripción lo más perfecta y precisa posible.

- Situación. El hecho de situar a la Atlántida más allá de las Columnas de Heracles no es un hecho casual. El mismo Heracles, según la mitología, abrió, con sus propias manos, el paso hacia el Océano Atlántico; el mismo héroe realizó, más allá de esas columnas, uno de sus doce trabajos: el robo de las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.
*Es necesario añadir que situarlo allí era lo más lógico: el topónimo del Oceáno, Atlántico, refiere al tital Atlas. E igualmente no hay que pasar por alto el Macizo del Atlas marroquí.

"Las columnas de Hércules", del autor contemporáneo Ginés Serrán Pagán; obra maravillosa situada en Ceuta, construida en bronce y de siete metros de altura.

- Cronología. Aquí la pifia es enorme. Querer dar importancia a Atenas diciendo que ésta ya existía en el 9600 a.C. es perder toda la veracidad en lo dicho tanto antes como después. Esos milenios son la época de la humanidad en que algunos grupos humanos (los más avanzados culturalmente) consiguen entrar en el llamado Neolítico; donde el Homo Sapiens pasa de ser caador/recolector a agricultor/ganadero, pero de forma gradual y lenta, a lo largo de cientos de años. Y Atenas, como tal, aún no existía; existe, eso sí, constancia arqueológica de presencia humana en el Ática entre el 11000-7000 a.C, pero lejos de constituir una urbe o comunidad capaz de plantar cara a todo un Imperio Atlante o de, incluso, provocar su caída.

- Fuentes primarias. Platón explica en sus escritos que Critias escuchó a su abuelo, a la vez que éste había oído a Solón, y éste, también, lo escuchó a unos sacerdotes egipcios. Demasiados "rebotes" para un hecho que se presume, después, de ser cierto.

Arqueología

- Thera (actual Santorini); la erupción de un volcán en el año 1625 a.C. detruyó la civilización Cretense y gran parte de las comunidades al sur del Egeo. Este episodio, totalmente contrastado, ha alimentado la esperanza que Thera fuese la cuna del continente perdido. Pero, a mi gusto, se ha intentado introducir esa idea con calzador. En nada encaja Thera con lo descrito por Platón, a excepción de su forma circular (pero, ¿cuántas islas con esa silueta existen?).

- Tartessos: el reportaje del National Geographic es sorprendente en algunos aspectos; pero recordemos que es un producto para suscitar ventas y, en casos así, normalmente la veracidad deja mucho que desear. Pero el sur de la Península Ibérica es, a mi gusto, mucho más veraz que Thera. Pero faltan más estudios arqueológicos rigurosos o datos concluyentes. De momento no los hay.

- En pleno Atlántico; es la hipótesis que más me gusta. ¿El principal motivo?, el siguiente. Para la confección de la saga Íroas, Hijos de los Dioses hice un trabajo de reconstrucción geológica del fondo marino y el relieve atlántico de Europa, de África y toda América. Comparé el Pangea (el supercontinente anterior a la formación de los actuales) y me falta "un trozo" de tierra; el espacio que se abre en el Golfo de México, pues las islas caribeñas no tienen suficiente superficie para llenar ese hueco. Faltaría, pues, un espacio de tierra que perfectamente podría haber ido a parar en medio del Océano Atlántico.


Evolución del Pangea hasta la configuración de los actuales contientes; obsérvese lo que será el Golfo de México.



Conclusiones finales

Todo mito tiene un origen en algún hecho verdadero.
El Diluvio Universal, por ejemplo, se ha confirmado por las abundantes muestras arqueológicas dispersas por todo el planeta; esto no significa que sea exacto a lo explicado en la Biblia, pero sí que es un reflejo de que algo ocurrió.



"El Diluvio Universal" según Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina.


Igual ocurre con la Atlántida. Estoy convencido que hubo una civiliazción que seguramente descubrió el bronce, y otros avances culturales y tecnológicos, mucho antes que las culturas mediterráneas. Esa fase avanzada de civilización seguramente le dio un dominio y una supremacía hacia todo su contorno. El posible hundimiento en el Atlántico ha borrado su huella (hasta el momento) arqueológica. Incluso es posible que el Diluvio Universal y el hundimiento de la Atlántida formen parte de un mismo episodio histórico.

Pero descarto la idea de esa sociedad tan avanzada y casi extraterrestre como la que explicó Platón. Toda sociedad pasada ha avanzado gracias a un lento y gradual proceso de aprendizaje, asimilación y creación de nuevas ideas; y el imperio atlante no pudo nacer de la noche a la mañana.

Queda, eso sí, la genial leyenda del mito. Un mito que no debe desaparecer jamás y que a mi consiguió atraparme, fascinándome desde muy niño; concluyendo con la saga Íroas, Hijos de los Dioses.

2 comentarios:

Vicsabelle dijo...

Encontré un gran tema. Te visitaré a menudo, me gusta mucho la historia y si encuentro un espacio como el tuyo me mudo!!!
Un gran saludo

Jordi Nogués dijo...

Muchas gracias, Vicsabelle. En los próximos días "colgaré" un nuevo monográfico; éste de carácter más histórico, "La colonización helena por el Mediterráneo".
A ver si también os gusta.
Un saludo y muchísimas gracias por pasarte por aquí.