Aquí veremos las instalaciones de Olimpia para las competiciones y el desarrollo de éstas.
Instalaciones
Tres eran las zonas para tres distintos conceptos. La sacra, la profana y la de competición.
El Altis era el recinto sagrado por excelencia. Allí se veneraban a los dioses Zeus, Hera y Gaia; y a los héroes Pelops y Heracles. Varios edificios acompañaban a la veneración de estas divinidades. El llamado Heraion (el templo dedicado a Hera) y el bouleuterión (sede del Consejo Olímpico). Dentro de ese mismo recinto había un espacio con unas características especiales: una veintena de olivos representaban el culto al olivo sagrado.
Al oeste del Altis estaban los edificios complementarios para los atletas: residencias, gimnasios, zona de baños y comedores.
Al sur del Altis se hallaba el llamado Prado del Festival; un espacio vacío durante el resto del año pero que emergían, como hongos, multitud de tiendas, tenderetes y demás pertrechos humanos en la época de los Juegos.
Al este, tanto del Altis como del Prado del Festival, dos enormes espacios servían para la competición. Uno era el estadio y el otro un llano usado como hipódromo para las carreras hípicas. Aquí era el lugar donde se juntaban atletas y espectadores.
Pruebas
La competición se convirtió en la base de todo el festival. Dividían las competiciones en los llamados agones. Sería la voz griega equivalente a certamen (lucha entre dos adversarios).
Así había agones atléticos, luctatorios e hípicos.
Agones atléticos: carreras de distintas modalidades, salto de longitud, lanzamiento de disco y de jabalina. Las pruebas fueron evolucionando con el tiempo. La medida básica era un estadio (unos 192 metros).
Las carreras: la de velocidad era la más antigua, constaba de un estadio. El díaulo era una prueba también de velocidad para de ida y vuelta al estadio. El dólico consistía en una carrera de resistencia: llego a tener 4600 metros. Finalmente se añadió la hoplitodromía: correr con el armamento utilizado para la guerra (escudo, casco y grebas), una prueba durísima, sólo apta para los más hercúleos.
El objetivo en la lucha era derribar al adversario mediante agarres y presas y se podían utilizar las piernas; sería el equivalente a la lucha libre Olímpica. El pugilato se correspondería con el boxeo actual. El pancracio, finalmente, sería análogo a las artes marciales mixtas.
Agones hípicos: carreras de carros y de caballos.
Las carreras de carros constituían el culmen de los juegos. El carro podía ser tirado por dos caballos (biga) o por cuatro (cuadriga).
La competición por excelencia era el llamado Pentatlón; cinco pruebas y un solo ganador: carrera de velocidad, salto de longitud, lanzamiento de disco, de jabalina y lucha.
Con los años se añadieron concursos de heraldos y trompeteros. Finalmente, también, competiciones musicales.
2 comentarios:
Otra genial exposición, Jordi, aunque debo decir que en Tres Profecías esta parte está perfectamente descrita y explicada.
Lo mejor es que en Tres Profecías, además de "clases de Historia", tenemos una historia fantástica de la que disfrutar.
Aunque quiero saber más de la Atlántida...
Gracias, Bea; tus comentarios siempre son gratificantes y puntuales.
Y para la Atlántida, Éter; allí se describe de manera más profunda el mítico continente.
Un abrazo y gracias por pasarte por aquí.
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